martes, 2 de junio de 2015

El pequeño relámpago, Shinx

El pequeño Shinx vivía en el Bosque Vetusto, junto a sus padres y hermanos. Eran parte de una gran manada compuesta por más de su especie; todos estaban muy unidos. Mientras los adultos traían bayas
para alimentar a todos, los más pequeños jugaban y vigilaban su territorio.

El Shinx del que vamos a hablar es un pequeño muy especial, pues nació de un color muy diferente al resto. En un principio esto extrañó al resto de la manada, pero pronto se acostumbraron y todos lo aceptaron como uno más, sin excepción.

Era el más joven de todos, pues sus dos hermanos eran ya Luxio y su hermana, la segunda más pequeña, todavía era Shinx, aunque sus padres, dos Luxray, solían decirle que era muy fuerte y pronto evolucionaría.

Una tarde como otra cualquiera, Shinx salió a jugar. Se adentró por entre los arbustos para salir del territorio más apartado del bosque que utilizaban como su casa, para adentrarse en el frondoso bosque, que, a pesar de ser tan joven, conocía de memoria. Por el camino saludaba a otros Pokémon: Burmy y Wormadam que colgaban de los árboles botando contentos en su rama. Un par de Buneary que nunca se separaban y vivían en las afueras, pero siempre se pasaban a jugar ahí. Montones y montones de Starly y Staravia, que últimamente venían mucho al bosque, pues se acercaba el invierno y quería pasar el mayor tiempo posible antes de emigrar al sur. Y un sinfín más de criaturas.

No tardó mucho en encontrar a su gran amigo, Poochyena. Este pequeño vivía en el tronco de un árbol, solo, y acostumbraba a evitar a la manada del pequeño Shinx por miedo, pues aunque confiaba en el pequeño de tipo eléctrico, le costaba mucho entablar amistad con cualquier otro. En cuanto se vieron, Poochyena saltó sobre Shinx, empezando a rodar los dos por el suelo jugando como los cachorros que son. Cuando se cansaron, andaron juntos hasta un río cercano para beber agua, en lo que el tipo siniestro se puso alerta y advirtió a su amigo de que se escondiera en un arbusto cercano.

En cuanto se escondieron, ambos asomaron el morro para observar, y vieron a un joven humano, un niño como ellos, pasearse por el bosque con una bolsa llena de algo. Este no parecía portar ninguna Pokéball a la vista, que era la principal preocupación de los dos, así que se tranquilizaron un poco, pero se quedaron observando un poco más por si acaso.

Al poco tiempo, dos Starly se posaron sobre los hombros del chico y un pequeño grupo de Bidoof le rodearon canturreando. Un montón más de Pokémon acudieron al lugar como si el niño fuera uno más de ellos, sin ningún temor.

-¡He traído comida para todos vosotros! -Dejó caer el contenido de la bolsa en el suelo, mostrando un montón de Bayas Aranja. No serían suficientes para todos los pequeños que habían venido, pero sí que les serviría como un aperitivo. Entonces Shinx no lo dudó y saltó del arbusto en dirección a todos, queriendo disfrutar también de esas sabrosas bayas azuladas. Todos lo recibieron con felicidad, incluso el pequeño humano que como saludo le acarició la cabeza, cosa que a Shinx le encantaba.

Desde atrás, Poochyena observaba a su amigo, "¿cómo podía ser tan confiado?" pensaba él, intranquilo por la seguridad de su amigo. Salió el arbusto poco a poco, acercándose pasito a pasito a donde se encontraban todos. Realmente esas bayas tenían buena pinta, pero igualmente ese humano no le resultaba de fiar. Sus pensamientos se disiparon cuando Shinx se dio cuenta de que se estaba acercando y empezó a animarle para que viniera con todos, seguido de las voces del resto de Pokémon. Esto le amedrentó un poco, pero intentando disimular se siguió acercando poquito a poco. Un Bidoof le acercó una de las bayas para que no se quedara sin nada y este, con algo de vergüenza, se acercó a ella para olisquearla y se puso algo rojo. Todos se rieron, estaban felices de que el pequeño canino gris se uniera a ellos.

Se escuchó un graznido por entre los árboles, y un Murkrow apareció de la nada para posarse enfrente del pequeño Poochyena, mirándolo desafiante. Todos se quedaron mirando al Pokémon volador con algo de desconfianza. Al parecer, ese Murkrow pertenecía a una bandada que siempre que veían algo que les gustaba se lo quedaban y se lo llevaban a sus nidos en la parte más alta de los árboles. El desconfiado Poochyena no tardó en gruñir el pájaro.

El cuervo hurtó con el pico la baya y se subió a una rama cercana, mientas se burlaba del resto. Todos sabían que si se metían con él acabarían en problemas, por lo que no podían hacer nada.
-¡Pajarraco! ¡Devuelve esa baya a Poochyena, no es tuya! -Los gritos del menor no hicieron más que aumentar las burlas de Murkrow, que agitaba sus alas como gesto burlón. Pero sus burlas acabaron cuando tuvo que levantar el vuelo pues un pequeño pero peligroso relámpago se dirigía hacia la rama en la que él estaba. Las prisas por el ataque sorpresa provocaron que se le cayese la baya al suelo, siendo recuperada por uno de los Bidoof para devolvérsela a Shinx.

Shinx era el único que se había decidido a hacer frente al siniestro vándalo. Se plantó enfrente de su amigo mirando al Murkrow, ahora tendido en otra rama. El pequeño leoncito eléctrico no permitiría que se burlaran así de su amigo, y lanzó otro ataque, Rayo Carga. Era un movimiento que le había enseñado su padre para defenderse de los Pokémon sin tener que acercarse demasiado, pues la mayoría de movimientos del tipo eléctrico de su especie eran de corta distancia.

Murkrow volvió a volar, esquivando el ataque, y parece ser que esto le enfadó. Olvidándose ya de la baya, cargó contra Shinx utilizando Picotazo a gran velocidad, tanta en comparación con el pequeño león que no pudo esquivarlo a tiempo y salió rodando hacia detrás. Estaba débil y le costaba levantarse, pero cuando Murkrow se dispuso a atacar de nuevo, el resto de Pokémon que había ahí se pusieron enfrente suya para cubrirle, con Poochyena en cabeza.

Murkrow se regodeó de ellos, afirmaba que todos ellos juntos no eran suficientemente fuertes para enfrentarse a él, y tras un nuevo graznido, lanzó por su pico una onda oscura llena de malos pensamientos, un Pulso Umbrío en toda regla. Este movimiento era lo suficientemente poderoso como para causar heridas a todos, pero no tenían mucho más que hacer que proteger a su herido amigo.
-¡No puedes hacer eso! -El chico, que hasta ahora se había mantenido al margen, se puso enfrente del movimiento para proteger a los Pokémon. Murkrow se asustó porque no pensaba que eso resultaría, y tenía por orden de su jefe que no debía meterse con humanos, pues eran peligrosos, así que no tuvo más remedo que olvidarlo todo y salir volando antes de que vinieran más de ellos.

Todos los pequeños que había ahí cerca rodearon al niño, preocupados por su condición. No parecía haber sufrido heridas graves, pero sí varios rasguños y tenía la ropa rasgada. Mientras unos Starly salían volando del bosque para pedir ayuda a los humanos de Pueblo Vetusta, el lugar poblado más cercano al bosque, el resto se tumbaron a su alrededor para darle calor, pues empezaba a anochecer y el frío reinaba por las noches en ese bosque. Shinx y Poochyena no eran una excepción.

Pasó alrededor de una hora cuando un hombre, guiado por los Starly, se encontró con lo sucedido. Agarró al niño en brazos y se despidió de los Pokémon, agradeciéndoles que le cuidaran. Les prometió que se
encargaría de que se mejorara y pudiera volver pronto al bosque.

Tras unos minutos, cada uno volvió a su respectivo hogar, incluidos Poochyena y Shinx. Este último fue recibido con caricias y lametones por parte de sus padres y hermanos, que no tardaron mucho en acostarse. Los padres se acostaban uno enfrente del otro, mientras los pequeños preferían estar entre ambos para poder estar más calientes durante la noche. El pequeño Shinx se durmió pensando en todo lo que había vivido hoy, las cosas buenas y malas, y deseando que el joven se recuperara pronto y volviera a visitar el bosque.

Personajes y Pokémon que han aparecido:

Shinx
Shinx
Luxio
Luxray
Burmy
Wormadam
Buneary
Starly
Staravia
Poochyena
Bidoof
Murkrow
Chico joven
Hombre extraño

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